jueves, 1 de julio de 2010

Quitando el velo: Boliches

Hoy tengo una "ráfaga". Conmigo suelen pasar ese tipo de cosas, mi voluntad, mis actividades y mis acciones se manejan por "ráfagas". Ráfagas de deporte, ráfagas de estudio, ráfagas de filosofía, ráfagas de amor, ráfagas de todo.

Ahora tengo una ráfaga de escritura y publicación pseudo-lookatmeimawriter. Como tal, inauguraré una nueva sección, que si mis ráfagas de inspiración me lo permiten, continuaré. Quitando el velo es mi forma de comunicar un objetivo que intento transmitir mediante la escritura: Dejar a la sociedad al desnudo, buscar sus más profundos deseos, caprichos, imperativos y mandatos que nos condicionan como las vias de un riel, y sin darnos cuenta no podemos salir al costado del camino. Con esto aspiro a poder comprender las entrañas del gran cúmulo de gente que hace mi mundo social. Para hacerlo es necesario ver qué hay tras bambalinas y conocer al mago (los magos) que mueven sutilmente los hilos de nuestros actos.

Tarde o temprano tenía que hacerlo, y como hoy "se me salió la cadena"(me gusta esa expresión), voy a plasmar mi idea sobre los boliches.
Oh, jodido tema.

Desde que tengo 12/13 años y aparecía por ahí la idea de "matinee" nunca terminé de entender la dinámica de estos espacios cerrados con música. En una primera aproximación, uno de pendejo boludo piensa que el objetivo es tan sólo bailar (claro, no entiende el concepto de "levante", o apenas lo está aprendiendo).

Naturalmente se equivoca, ya que el objetivo no es bailar únicamente, sino ligarse alguna mina. Los años van pasando y finalmente uno termina en los boliches (o eso dictan las costumbres), donde hombres y mujeres se arreglan hasta el extremo y van "de caza". Supuestamente van a ver si enganchan o conocen a una persona del sexo que les atrae

¿Pero qué sucede? ¿Por qué se necesita ese ambiente? ¿Tiene algo especial? No, en apariencia sólo tiene música que aunque te guste sin duda te va a romper las pelotas a la hora de hablar con otra persona, alcohol de mala calidad a precios ridículos, una nube permanente de cáncer de pulmón en potencia y otras incomodidades. No obstante, tiene algo muy importante que es a lo que apunta toda mi embolia cerebral. Autorización social para levantar

Desprovisto de toda mística, es el lugar autorizado para buscar hacer algo de carácter sexual con el sexo que te resulte atractivo, pero para todo eso se deben pasar una serie de rituales, a saber:

Vestirse bien para entrar a un lugar y PAGAR por ello.
Normalmente consumir alcohol para mitigar el efecto de sentirse estúpido por seguir estos rituales
Intercambiar una serie de palabras vanales, chistes triviales e ideas altamente superficiales, prefabricadas y genéricas, que tienen como objeto intentar demostrar a la otra persona que "tenemos onda", "somos normales y copados" y "no estamos locos"
Aprender y utilizar sutiles lenguajes gestuales, miradas y otros artilugios indirectos para detectar si la otra persona está interesada.
Seguir una serie de pasos
1)Hablar (Estupideces)
2)Bailar (Al pedo)
3)Apretar (Victoria!)
4)Hablar(Un poco menos de estupideces porque ya se logró el paso 3)
5)Intercambiar datos de contacto o irse directamente al telo.

Todo esto se hace en un ambiente altamente ineficiente para que se de un intercambio más profundo y que las personas se conozcan, charlen, debatan y se descubran ante el otro para darse a conocer y así poder hacerse una idea de si será interesante hacer pareja. Esto lleva a una conclusión obvia, la cual es que simplemente tal cosa no interesa, lo que interesa es el paso 3 y quizás el 5.

Entonces, y aquí me pregunto yo algo, por qué existe una especie de imaginario colectivo desautorizante que hace que si yo paro por la calle a una mujer que me resulta atractiva, y sin mediar palabra alguna le digo si le interesaría besarnos o tener sexo para luego conocernos, en el mejor de los casos se caga de risa y quedo como un loco y/o pelotudo, y en el peor de los casos grita/sale corriendo/soy linchado por una multitud ante alguien que grita "violador" (siempre hay un enano ortiva que te señala en toda turba de personas)

¿Si el objetivo final es ligar con el sexo que nos atrae, para qué necesitamos pasar por toda esta serie de rituales? No sería mejor, pienso humildemente, ¿Prescindir de todo ello y quitar las limitaciones sociales que nos presionan para considerar ofrecimientos de carácter sexual hechos en cualquier parte fuera de lugar?

¿No sería más fácil hacer eso pero cuando quieras y en cualquier lugar? Que las personas que nos atraen y aquellos a quienes les atraemos se acerquen en cualquier momento sin temor a ninguna represalia social y nos digan si queremos tener sexo? Sería todo más transparente, efectivo y fácil (Aunque los boliches no lucrarían tanto y me caería la mafia)

Y si el objetivo resultase ser conocer a la persona, entonces ir a un boliche es simplemente estúpido, porque no se puede conocer a alguien ahí. Conocerlo de verdad, saber qué piensa con respecto a algo, cómo se siente con otra cosa, qué le gusta, qué no, qué ideas tiene del mundo.

Finalmente, como lo que a mi me atrae de las mujeres siempre fue conocer su interior, y que sus ideas, sentimientos y pensamientos me conquisten, nunca me llevé bien con lugares donde no puedo escuchar ni lo que pienso, mucho menos escuchar lo que me dice la mina que estoy intentando conocer... Pero eso sería hablar de mi experiencia en el asunto y no es la idea más que a modo de ejemplo. Lo importante de esto es notar lo ridículo que resulta tomarse tantas molestias para algo superficial y tan trivial como el sexo. ¿No es trivial ni superficial? Bueno, entonces el boliche no sirve ¿Es trivial y superficial? ¿Entonces para qué queremos el boliche?

No me quiero extender demasiado, dejé muchas cosas en el tintero porque me da paja ordenar mis ideas, que son tantas que tendría que escribir un libro (Si no me diera paja)

Paja, digo saludos.

1 comentario:

Ale Quinn dijo...

Es que justamente ese es el problema. El boliche no es "para buscar pareja". El boliche es una búsqueda de parejas ocasionales para descargar las necesidades sexuales.
El secreto está en que si te acercas a una mujer en la calle y le decís para ir al telo, si la mina acepta porque le pintó que si. En seguida es tachada de "Puta". Incluso algún peatón que haya observado la escena diría "Qué pedazo de puta" por lo bajo cuando pasen por al lado. Sin embargo, si te dice que si en el boiche. No es puta; "tiene levante". Ya no es reprobable que la mina se fugue al telo con vos.
Aparte que la mafia lava su dinero de forma impune.
Con respecto al interior... No hay manera de conocer en profundidad a una persona. Te tomaría toda una vida y más incluso. Sino mirá el ejemplo de Barreda. Tenían no se cuantos años de casados y un buen día el tipo le vuela la cabeza con una 12mm.
Bah... Esa es mi opinión.
Que la fuerza te acompañe.