jueves, 29 de julio de 2010

Pecados de idealismo

Providencia de mis estigmas, pretendéis de mi lo que no puedo darte, aquello que es mi más sagrado tesoro y resuena tronante con la voz de ideales devaluados,

Máxima del rito, castigo del cruento manto virulento tejido sobre portentosos pilares de la historia,

De ti me separo hoy, contigo termino esta noche escribiendo a sangre y sin derroche, líneas de papel curtido por los años del motor inagotable.

Dejad las máscaras para las personas te pido y, en virtud de la redundancia, los exitosos que en la riqueza de tu danza se bañan,

Rocas obtusas iluminadas por mentiras y engaños, vestidas de virgen entregan caramelos al mismísimo diablo.

Revelad vuestro santo grial al vulgo cuyo gran valor desfila por las fauces de la hipocresía, se baña en arenas de la desidia y abre puertas de falsedad,

Envestid portentosamente el bastardo egoísmo con las ropas del poeta, ocultando la más cuadrada de tus superficiales pasiones,

¿Acaso no veis que no comprendo el manto de hombre que dejas entrever en tu constante juegos de colores, a veces ciertos, a veces falsos?

Servidor del dios muerto, ave sin viento,

Cuánto por mi alma esperáis, dictamina vamos la pena sincera, cobarde impulso en seguir sin tierra, el poder de uno, el poder de la piedra.

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