jueves, 29 de julio de 2010

Pecados de idealismo

Providencia de mis estigmas, pretendéis de mi lo que no puedo darte, aquello que es mi más sagrado tesoro y resuena tronante con la voz de ideales devaluados,

Máxima del rito, castigo del cruento manto virulento tejido sobre portentosos pilares de la historia,

De ti me separo hoy, contigo termino esta noche escribiendo a sangre y sin derroche, líneas de papel curtido por los años del motor inagotable.

Dejad las máscaras para las personas te pido y, en virtud de la redundancia, los exitosos que en la riqueza de tu danza se bañan,

Rocas obtusas iluminadas por mentiras y engaños, vestidas de virgen entregan caramelos al mismísimo diablo.

Revelad vuestro santo grial al vulgo cuyo gran valor desfila por las fauces de la hipocresía, se baña en arenas de la desidia y abre puertas de falsedad,

Envestid portentosamente el bastardo egoísmo con las ropas del poeta, ocultando la más cuadrada de tus superficiales pasiones,

¿Acaso no veis que no comprendo el manto de hombre que dejas entrever en tu constante juegos de colores, a veces ciertos, a veces falsos?

Servidor del dios muerto, ave sin viento,

Cuánto por mi alma esperáis, dictamina vamos la pena sincera, cobarde impulso en seguir sin tierra, el poder de uno, el poder de la piedra.

miércoles, 14 de julio de 2010

Fails

Cuando querés decir "Suciedad" y te sale "Sociedad" estás en un grave problema con tu entorno.

miércoles, 7 de julio de 2010

A veces

Por breves instantes, soy consciente de mi existencia insignificante como ser humano en la inmensidad del universo, lo que me produce una sensación extraña de acorporeidad, como si mi consciencia y percepción estuviesen fuera de mi cuerpo y no comprendieran por qué yo soy yo y qué significa la vida, el tiempo y la existencia. La mejor forma de describirlo sería sentir que dejo de sentirme yo para sentirme una especie de todo. Esos momentos son tan breves que apenas soy consciente de ellos, desaparecen dejándome incapaz de volver a encontrarlos.

So wierd.

jueves, 1 de julio de 2010

Quitando el velo: Boliches

Hoy tengo una "ráfaga". Conmigo suelen pasar ese tipo de cosas, mi voluntad, mis actividades y mis acciones se manejan por "ráfagas". Ráfagas de deporte, ráfagas de estudio, ráfagas de filosofía, ráfagas de amor, ráfagas de todo.

Ahora tengo una ráfaga de escritura y publicación pseudo-lookatmeimawriter. Como tal, inauguraré una nueva sección, que si mis ráfagas de inspiración me lo permiten, continuaré. Quitando el velo es mi forma de comunicar un objetivo que intento transmitir mediante la escritura: Dejar a la sociedad al desnudo, buscar sus más profundos deseos, caprichos, imperativos y mandatos que nos condicionan como las vias de un riel, y sin darnos cuenta no podemos salir al costado del camino. Con esto aspiro a poder comprender las entrañas del gran cúmulo de gente que hace mi mundo social. Para hacerlo es necesario ver qué hay tras bambalinas y conocer al mago (los magos) que mueven sutilmente los hilos de nuestros actos.

Tarde o temprano tenía que hacerlo, y como hoy "se me salió la cadena"(me gusta esa expresión), voy a plasmar mi idea sobre los boliches.
Oh, jodido tema.

Desde que tengo 12/13 años y aparecía por ahí la idea de "matinee" nunca terminé de entender la dinámica de estos espacios cerrados con música. En una primera aproximación, uno de pendejo boludo piensa que el objetivo es tan sólo bailar (claro, no entiende el concepto de "levante", o apenas lo está aprendiendo).

Naturalmente se equivoca, ya que el objetivo no es bailar únicamente, sino ligarse alguna mina. Los años van pasando y finalmente uno termina en los boliches (o eso dictan las costumbres), donde hombres y mujeres se arreglan hasta el extremo y van "de caza". Supuestamente van a ver si enganchan o conocen a una persona del sexo que les atrae

¿Pero qué sucede? ¿Por qué se necesita ese ambiente? ¿Tiene algo especial? No, en apariencia sólo tiene música que aunque te guste sin duda te va a romper las pelotas a la hora de hablar con otra persona, alcohol de mala calidad a precios ridículos, una nube permanente de cáncer de pulmón en potencia y otras incomodidades. No obstante, tiene algo muy importante que es a lo que apunta toda mi embolia cerebral. Autorización social para levantar

Desprovisto de toda mística, es el lugar autorizado para buscar hacer algo de carácter sexual con el sexo que te resulte atractivo, pero para todo eso se deben pasar una serie de rituales, a saber:

Vestirse bien para entrar a un lugar y PAGAR por ello.
Normalmente consumir alcohol para mitigar el efecto de sentirse estúpido por seguir estos rituales
Intercambiar una serie de palabras vanales, chistes triviales e ideas altamente superficiales, prefabricadas y genéricas, que tienen como objeto intentar demostrar a la otra persona que "tenemos onda", "somos normales y copados" y "no estamos locos"
Aprender y utilizar sutiles lenguajes gestuales, miradas y otros artilugios indirectos para detectar si la otra persona está interesada.
Seguir una serie de pasos
1)Hablar (Estupideces)
2)Bailar (Al pedo)
3)Apretar (Victoria!)
4)Hablar(Un poco menos de estupideces porque ya se logró el paso 3)
5)Intercambiar datos de contacto o irse directamente al telo.

Todo esto se hace en un ambiente altamente ineficiente para que se de un intercambio más profundo y que las personas se conozcan, charlen, debatan y se descubran ante el otro para darse a conocer y así poder hacerse una idea de si será interesante hacer pareja. Esto lleva a una conclusión obvia, la cual es que simplemente tal cosa no interesa, lo que interesa es el paso 3 y quizás el 5.

Entonces, y aquí me pregunto yo algo, por qué existe una especie de imaginario colectivo desautorizante que hace que si yo paro por la calle a una mujer que me resulta atractiva, y sin mediar palabra alguna le digo si le interesaría besarnos o tener sexo para luego conocernos, en el mejor de los casos se caga de risa y quedo como un loco y/o pelotudo, y en el peor de los casos grita/sale corriendo/soy linchado por una multitud ante alguien que grita "violador" (siempre hay un enano ortiva que te señala en toda turba de personas)

¿Si el objetivo final es ligar con el sexo que nos atrae, para qué necesitamos pasar por toda esta serie de rituales? No sería mejor, pienso humildemente, ¿Prescindir de todo ello y quitar las limitaciones sociales que nos presionan para considerar ofrecimientos de carácter sexual hechos en cualquier parte fuera de lugar?

¿No sería más fácil hacer eso pero cuando quieras y en cualquier lugar? Que las personas que nos atraen y aquellos a quienes les atraemos se acerquen en cualquier momento sin temor a ninguna represalia social y nos digan si queremos tener sexo? Sería todo más transparente, efectivo y fácil (Aunque los boliches no lucrarían tanto y me caería la mafia)

Y si el objetivo resultase ser conocer a la persona, entonces ir a un boliche es simplemente estúpido, porque no se puede conocer a alguien ahí. Conocerlo de verdad, saber qué piensa con respecto a algo, cómo se siente con otra cosa, qué le gusta, qué no, qué ideas tiene del mundo.

Finalmente, como lo que a mi me atrae de las mujeres siempre fue conocer su interior, y que sus ideas, sentimientos y pensamientos me conquisten, nunca me llevé bien con lugares donde no puedo escuchar ni lo que pienso, mucho menos escuchar lo que me dice la mina que estoy intentando conocer... Pero eso sería hablar de mi experiencia en el asunto y no es la idea más que a modo de ejemplo. Lo importante de esto es notar lo ridículo que resulta tomarse tantas molestias para algo superficial y tan trivial como el sexo. ¿No es trivial ni superficial? Bueno, entonces el boliche no sirve ¿Es trivial y superficial? ¿Entonces para qué queremos el boliche?

No me quiero extender demasiado, dejé muchas cosas en el tintero porque me da paja ordenar mis ideas, que son tantas que tendría que escribir un libro (Si no me diera paja)

Paja, digo saludos.

Desvarío onírico

Hace tiempo tuve un sueño llamativo y se me dio por escribirlo para que no desaparezca. Era una idea interesante y, en virtud de verdad, no sé si será buena idea para mi estado social de persona "normal" (No) poner esto acá, pero me entraron ganas de publicarlo

Me encuentro en una vieja casa, con varios compañeros que somos víctimas de algún tipo de secuestro de una banda mafiosa. Dentro de éste secuestro, nosotros intentamos en la propia casa de estos maleantes, formar un grupo de narcotráfico usando un gato negro como jefe, que es secretamente manejado por mí, escondido detrás de un viejo armario cual si estuviera en el más profundo de los sueños.
Las cosas marchan mal y eventualmente el grupo mafioso descubre nuestra treta, entrando a grandes trancos y matando a todos mis compañeros ante los ojos de gato-yo. Finalmente, cual si superan por adelantado nuestro plan, descubren al gato-jefe y a mí, su indefenso, inconsciente titiritero. No hay dolor en la muerte que me llega, y pronto me veo transportado a un nuevo mundo.
En éste nuevo mundo soy un espíritu, pero no uno cualquiera. No puedo pasar a través de las paredes y pronto descubro que me manejo con las mismas leyes, percepciones y corporeidad que cuando vivía, con la excepción de que me encuentro ahora mismo compartiendo una existencia paralela a quienes habitan el mundo de los vivos, junto con todos los demás espíritus. Los espíritus son libres, una vez que ya han muerto sienten que pueden divertirse y hacer lo que quieran. En el mundo de la muerte no existen parejas y todos están con quien sea, ya que nada importa y no hay apuro pues nadie envejecerá, ni tendrá necesidad alguna, sólo existir con las percepciones humanas sin sus complementarias necesidades. Existe un detalle que logra llamar poderosamente mi atención.
La gente tiene sus nombres flotando con letras blancas en sus cabezas, nombres que puede elegir a voluntad y cambiar utilizando el “dinero” del mundo de la muerte. Pero cuando un hombre y una mujer se besan, como he visto en la calle, la mujer tiene la posibilidad de “robarle” letras del nombre al hombre (A menos que estos “activen” los paréntesis de sus nombres). Las mujeres entonces al mantener relaciones con los hombres actúan como las administradoras, mezcladoras y reorganizadoras de letras. Todos somos capaces de lograr ciertas proezas que no hacíamos en vida de acuerdo a nuestra fuerza de voluntad, como saltar grandes distancias, volar por breves períodos de tiempo, pero no, no podemos atravesar las paredes. Lo más importante: al parecer podemos afectar el mundo de los vivos.
Esta fue la parte que más me interesó, ya que podíamos ir al mundo de los vivos, y a pura voluntad, hacernos corpóreos para todos, pero sólo visibles para quienes deseáramos. Esto pondría las cosas muy divertidas e interesantes, de no haber sino porque, naturalmente, todos los vivos conocían la existencia de los espíritus y su posible interacción con ellos.
Si decías algo demasiado comprometedor para la conciencia, destino o realidad de los vivos, ésta persona lo olvidaba inmediatamente, y uno veía como su cuerpo volvía al plano espiritual mientras parecía aparecer y desaparecer de la existencia por un breve período de tiempo.